Don Carnal ha muerto. El entierro de la sardina pone el punto final al Carnaval carolinense con un balance más que positivo. El sepelio fúnebre recorrió las principales calles de La Carolina para que los vecinos pudieran llorar a Don Carnal. Terminó en la Plaza del Ayuntamiento, donde se incineró. La comitiva El Alegre Llanto, organizadora del funeral y que este año celebra su treinta aniversario, repartió bocadillos de sardinas.
El último fin de semana de Carnaval ha sido intenso. Los actos comenzaron el viernes con la celebración de la Gran Cabalgata Infantil en la que participó el alumnado de los centros educativos del municipio. Ya por la tarde, tuvo lugar, en la Caseta Municipal, el velatorio de la sardina, lugar al que los vecinos llegaron a “presentarle sus respetos”.
El sábado le llegó el turno a los más pequeños, que demostraron que hay cantera para perpetuar con la tradición de las agrupaciones y chirigotas. Durante el Festival Infantil, la Escuela de Carnaval, en colaboración con los centros educativos CEIP Carlos III, Palacios Rubio, Manuel Andújar y Navas de Tolosa, deleitó a los asistentes con las coplillas ensayadas a los largo de los meses precedentes a nuestro carnaval. Niños y niñas derrocharon sobre el escenario arte e ingenio.
“Debo dar las gracias a chirigotas, agrupaciones, centros educativos y a la sociedad en general por hacer, un año más, que el Carnaval de La Carolina sea grande. Estamos muy satisfechos de la participación ciudadana, que se ha implicado en cada uno de los actos”, asegura la concejala de Festejos, Inmaculada Expósito.
La programación de Carnaval, que se ha prolongado durante casi un mes, ha propuesto actividades para personas de todos los gustos y edades. Talleres infantiles, exposiciones y muchos bailes han copado un calendario muy del agrado de los vecinos.
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